Antes de comenzar:
¿Cuál es la relevancia de Dios para el mundo actual? ¿Tiene algo que ver Dios con las inundaciones?, ¿Con los terremotos?, ¿Enfermedades?, ¿Guerras?, ¿Tormentas? ¿Caídas de la bolsa? ¿Sufrimiento?

¿Cual es el mayor desastre que podemos enfrentar los seres humanos?

¿Cómo sería este mundo si Dios no fuera justo?

Autor:
Todo lo que sabemos de Amós viene en Amós 7:14-15. Amos es originario de un pueblo agrícola al suroeste de Belén. Trabajaba en el campo cuidando higos y pastoreando ovejas.

Fecha:
Las indicaciones de la fecha de Amós están en la mención de los reyes contemporáneos: Jeroboam II en el norte (793-753 a.C.) y Uzías en el sur (792-750 a.C). Isaías recibe su llamado en el año que murió Uzías.

Amós escribió por el año 760 a. C. No tenemos datos para confirmar la fechas precisas. Puede ubicarse a finales del reino de Norte, es decir Israel. Israel fue destruido por los Asirios en el año 722 a. C. unos 30 años después el libro de Amós fue escrito.

Los primeros profetas después de la división del reino de Solomon fueron Elias y Eliseo. Ellos interpretaban los eventos de su historia como un abandono del Dios de Israel. Hubo un arrepentimiento en el pueblo por sus ministerios. Pero no detuvieron el abandono de Jehová y el abrazo de los Baales y su culto basado en el deseo humano (ver 2 Timoteo 4: 3-4).

Amós viene casi a final del reino de Israel para darles una advertencia casi igual.  También ofrece una esperanza futura en los últimos versículos (Amós 9:11-15). Esta esperanza es similar a lo que Pablo ofrece a los Judíos en Romanos 11:25-32.

Contexto:
Israel estaba en una condición de post-creencia o como lo diríamos hoy, post-cristiana.  Esto quiere decir que ellos habían abandonado su creencia en la divinidad de Jehová antes que Amós les escribiera.

Como era un tiempo de post-creencia, se asemeja a la condición actual en las universidades. Estas habían iniciado en la iglesia bajo la creencia de que Dios era el Dios de orden y ley. Pensaban que esta ley y orden estaban presentes en el universo y esto impulsaba la búsqueda de encontrar lo que Dios había puesto allí para que el hombre lo descubriera. Hoy esta relación entre Dios y la ciencia es una cosa de la historia en las universidades.

Los reinos de Uzías y Jeroboam II eran tiempos de prosperidad en Israel. La personas podian confiar en sus propias habilidades y recursos. En esta situación, ellos se enfocaron en sus propias vidas (egoístas) y se olvidaron de cuidar a otras personas.

La sentencia
El libros de Amós es la declaración de un sentencia contra Israel y sus vecinos. No está ofreciendo ninguna esperanzar para el pueblo de Israel. La única manera que pueden sobrevivir es la de buscar al Señor (Amós 5:4, 6). Pero los juicios contra el país van a efectuarse.

Genero
Amós, como los otros profetas, es un libro poético.

Bosquejo:

Titulo del libro (Amós 1:1)
Oráculos de juicio (Amós 1:2-6:14)
Juicio sobre los vecinos de Israel (Amós 1:2-2:5)
Juicios sobre Israel (Amós 2:5-6:14)
Presentación del juicio sobre Israel (Amós 2:6-16)
Detalles del juicio sobre Israel (Amós 3:1-6:14)
advertencia (Amós 3:1-15)
destino (Amós 4:1-13) < doom en ingles >
suplica (Amós 5:1-17)
¡ay! (Amós 5:18-6:14)

Visiones del juicio (Amós 7:1-9:15)
juicio inevitable (Amós 7:1-17)
la visiónLa experiencia que confirma el juicio (Amós 7:10-17)
Visión del final horrible (Amós 8:1-14)
La visión del Señor por un lado del altar (Amós 9:1-10)
La tienda de David. (Amós 9:11-15)

Exposición
Titulo del libro (Amós 1:1)
Oráculos de juicio (Amós 1:2-6:14)
Juicio sobre los vecinos de Israel (Amós 1:2-2:5)
En primer lugar, estas visiones muestra que el Señor es soberano sobre todas las naciones. Las acusaciones a las naciones no están para hacer un cambio o transformación en ellos. Son más bien la sentencia ya dictada de su culpabilidad. Solo son una descripción de porque Dios las va a juzgar.

En segundo lugar, muestra que todas las naciones son pecadores ante el Señor. No hay hombres inocentes según Romanos 1:18-3:20. La única posibilidad de salvación es la gracia de Dios.

Estos indicaciones acerca de la soberanía del Señor sobre todas las naciones forman también la base de que el Evangelio también es para las naciones. Si no fuera soberano sobre ellas, no hubiese salvación tampoco para ellas.

La formula
“Por tres pecados de … y por cuatro” es una formula literaria que quiere decir, “por sus múltiples pecados”.

Los pecados
Damasco
Por “Trillos de hierro” destruyeron a Galaad, es decir, que trataron a Galaad como si fuera trigo aplastado para hacer pan. Una destrucción total.
Gaza
Por haber deportado a todo un pueblo.
Tiro
Por no recordar el pacto
Edom
Por perseguir su hermano
Amonitas
Por abrir los vientres de sus mujeres con la espada.
Moab
Por quemar los huesos del rey
Judá
Por desechar la ley del Señor

Noten bien que no responsabiliza a las naciones por pecados contra Dios sino por crímenes contra otros seres humanos. Estos no son pecados por haber atacado el “pueblo de Dios”. Son “crímenes de guerra”.

Los pecados “religiosos” sólo son reclamados al pueblo de Dios. Olvidando la palabra de Dios (Amós 2:3).

Supongo que los Israelitas estaba muy contentos al escuchar los juicios contra las demás naciones. Pero al continuar su mensaje, Amós iba contra ellos también.

La siguiente sección está dirigida contra Israel en la misma forma que había hablado contra las otras naciones pero con mucho más detalle.

Juicios sobre Israel por sus pecados (Amós 2:5-6:14)
Presentación del juicio sobre Israel (Amós 2:6-16)
Detalles del juicio sobre Israel (Amós 3:1-6:14)
Advertencia   (Amós 3:1-15)
Esta advertencia está contra todo el pueblo que salió de Egipto. También incluiría a los de Judá.

Aquí tenemos la segunda afirmación de la soberanía del Señor sobre todas las naciones (Amós 3:2-8).  Nada sucede que no sea la voluntad del Señor.
“Si se toca la trompeta en la cuidad,
¿No temblará el pueblo?
Si sucede una calamidad en la ciudad,
¿No la ha causado el Señor? (Amós 3:6)

Luego de la advertencia, convoca a las naciones a venir a ver el juicio del Señor llevado a cabo en las colinas de Samaria (Amós 3:9-10). Y afirma la destrucción de Samaria. Sólo una parte mínima apenas se puede escapar (Amós 3:12). No importa las riquezas que uno tenga (Amós 3:13-15).

Destino (Amós 4:1-13)
Amós describe las mujeres ricas de Samaria. Ellas no se preocupan por nadie más que por si mismas. Oprimen a otros para su propia placer. También son personas a quienes les gusta ir al culto y dar las ofrendas (Amós 4:1).  Cuando uno está centrado en si mismo, las otras personas pierden su lugar.

A la gente envuelta en su propia placer, el Señor jura por su propia santidad que van a ser destruidos (Amós 4:2).

Amós 4:6-13 detalla las ocasiones en que el Señor ha tratado de ganar el corazón de su pueblo con bendiciones y con castigos al lo largo de su historia. Las calamidades de la vida pueden tener su fuente en Dios. El usa las calamidades para llamar a su pueblo (ver Exodo 6:28-12:42; Jueces, Salmo 107; Apocalipsis 9:20-21).

El refrán de este capítulo es: “Sin embargo, ustedes no se han vuelto a mí” (Amós 4:6, 8, 9, y 11).

Súplica (Amós 5:1-17)
En éste capítulo tenemos la única suplica a la audiencia que hace Amós en el libro. A pesar de hacer reclamos a las injusticias sociales, la suplica es para que la gente vuelvan al Señor. Supongo porque Amós veía que la situación social se podía remediar cuando la gente tiene una relación sana con el Señor.

Los refranes de ésta sección son: “Búsquenme y vivirán” (Amós 5:4, 6); “Busquen lo bueno y no lo malo para que viven” (Amós 6:14, 15); “Aborrezcan el mal, amen el bien y establezca la justicia” (Amós 5:15).

Amós presenta un contraste en creer en Dios o practicar la injusticia. Cuando uno no cree en Dios, la injusticia es la única opción.  Rechazar a Dios implica la injusticia, el oprimir a los pobres, imponer impuestos sobre los pobres, aceptar el soborno, rechazar escuchar el caso de los pobres y exigir tributos.

Amós no esta pidiendo a la gente que se levanten por la causa de los pobres en este tiempo, sino que dice: “el prudente se calla en ese tiempo, pues es un tiempo malo” (Amós 5:13). El hecho de escuchar la sentencia de los que oprimen a otros nos indica que Dios no aprueba esta actitud y saber que nuestro trato de otras personas es tomado en cuenta por Dios.

“Ellos odian en la puerta (de la ciudad) al que reprende,
Y aborrecen al que habla con integridad. 
Por tanto, ya que imponen fuertes impuestos sobre el pobre
Y exigen de él tributo de grano,
Las casas de piedra labrada que han edificado,
No las habitarán;
Han plantado viñas escogidas, pero no beberán su vino. 
Pues yo sé que muchas son sus transgresiones y graves sus pecados:
Oprimen al justo, aceptan soborno
Y rechazan a los pobres en la puerta (de la ciudad).
Por tanto, el prudente se calla en ese tiempo, pues es tiempo malo.”
Amós 5:10-13 NBLH

¡Ay! (Amós 5:14-6:14)
¡Ay! presenta “un dolor de estado de desgracia” o “anuncia un desdicha futura” (León-Defour, “¡Ay!”).  Amós pronuncia ¡Ay” cuando el ve el futuro de Israel sujeto a juicio de Dios.

Hay tres partes de los ¡ayes!: a. Amós 5:14-17, b. Amós 5:18-27 y c. Amós 6:1-14.

Amós 5:16-17  ¡Ay!
En este caso Dios mismo va a estar entre su pueblo para juzgar sus vidas. Como Amós los describe como pecadores, el resultado va a ser el destierro del pueblo y la destrucción de sus campos. En todas las plazas va a haber llanto, todos van a decir ¡Ay! Porque Dios va a pasar en medio de ellos. (Amós 5:16-17).

Amós 5:18-27 ¡Ay!
Los Israelitas confiaban en su religión. Pensaban que siendo religiosos ya habían cumplido sus obligaciones con Dios e iban a recibir las bendiciones correspondientes.

Aparentemente los Israelitas no eran congruentes entre su vida religiosa y su vida fuera del culto. Esto es una característica de nosotros los humanos. Ellos pensaban que si cumplían con el culto al Señor, podrían estar libres en su conducta de hacer lo que les daba la gana. Pensaban que el “día del Señor” o la “presencia del Señor “iba a ser un día de bendición para ellos. Sin embargo, Amos indica que su culto es rechazado y despreciado por el Señor. Lo que impide que el culto sea recibido por el Señor es su idolatría donde sirven a otros intereses en lugar de servir a Dios. El resultado es el destierro.

Amós 6:1-13 ¡Ay!
Hoy vemos que muchas naciones confían en su capacidad económica y poder militar. Amos vio lo mismo en su día y dice que no debemos confiar en estas cosas. Pero cuando viene el juicio del Señor sobre su arrogancia, no va a quedar las casas del rico, ni del pobre.

Visiones del juicio (Amos 7:1-9:15)
El fin como la realización del juicio es conocido y hecho por el Señor. Muchas veces hemos visto a Dios sólo como una “fuerza positiva”, “amor” o una “bendición”. Esta idea de Dios es muy limitada y no permite que haya un justicia para las cosas que suceden en este mundo.

La visión del final de Amós también incluye la esperanza de la restauración de Jerusalén y el reino mesiánico.

Juicio inevitable (Amós 7:1-17) la visión
La visión viene en tres etapas. Las primeras dos son de destrucción total. Esta visión es similar al reclamo de Abraham a favor de Sodoma en Génesis 18:22-33. Estas dos primeras visiones están rechazadas por el reclamo de Amos de que Israel es pequeño y no aguantaría el castigo. En cambio, Dios dice que va a poner un plomada en el pueblo y castigar a los que no son rectos. Amos también nombra a Jeroboam rey de Israel como un objeto de la ira de Dios.

La experiencia que confirma el juicio (Amós 7:10-17)
Como Amós nombró al rey Jeroboam II como objeto de la ira de Dios, recibe el reclamo de Amasías, un sacerdote de Betel (casa de Dios) por no estar políticamente correcto.  La respuesta de Amos es que al rechazar la palabra de Dios, el futuro de la familia de Amasías está en peligro: la fidelidad de su esposa y la sobrevivencia de su familia (Amós 7:17). ¿Qué pasa cuando rechazamos la palabra de Dios?

Visión del final horrible (Amos 8:1-14).
La visión del juicio viene en dos partes: la primera trata la destrucción física del pueblo. Ellos serán deportados y destruidos por los Asirios. La primera parte del juicio es causada por pecados contra las personas (Amós 8:5-6); por vender en el día de reposo, por comprar a los desvalidos por dinero, por vender a los pobres por un par de sandalias y por vender los deshechos de trigo. El Señor no olvida nuestros malos tratos comerciales que quitan la vida de las personas.

Este sección termina con un hambruna que Dios manda a la tierra. No es un hambruna de alimento, sino de la Palabra de Dios.
“Vienen días,” declara el Señor Dios,
en que enviaré hambre sobre la tierra,
No hambre de pan, ni sed de agua,
Sino de oír las palabras del Señor.
La gente vagará de mar a mar,
Y del norte hasta el oriente;
Andarán de aquí para allá en busca de la palabra del Señor,
Pero no la encontrarán.”  Amós 8:11-12

La consecuencia de su rechazo de Dios es que no podrán entender la Palabra de Dios.

La visión del Señor por un lado del altar (Amós 9:1-10)
El Señor dice que es imposible escapar de Su juicio. No hay lugar para esconderse de la ira del Señor.

Este pasaje es paralelo a Deuteronomio 30:11-14 y Romanos 10:6-8 pero en el sentido negativo. “Los ojos de Señor Dios están sobre el reino pecador, y yo lo asolare de la faz de la tierra” (Amós 9:8).

La tienda de David. (Amos 9:11-15)
Amós termina con una nota de esperanza. El tabernáculo de David será restaurado (Amós 9:11) para el remanente de Edom y todas las naciones donde se invocan mi nombre (Amós 9:12). La visión contempla la Nueva Creación de Dios. El tabernáculo de David marca una situación humilde en contraste con las casas de los samaritanos.

Bibliografía:
Gordon Fee y Douglas Stuart, Como leer la Biblia libro por libro, Mundo Hispano.
J. A. Motyer, El día del león: El mensaje de justicia del profeta Amos, Certeza, 1980.

Índice A.T.