Autor

El apóstol Pablo es el fundador de la iglesia de Filipos en su primera llegada a Europa, narrada en Hechos. También autor de la carta.   

Historia

Hechos 16:4-40 narra el inicio de la iglesia. Antes de  llegar ahí, el Espíritu impidió que Pablo fuera a Éfeso con una visión de un hombre de Macedonia que pedía ayuda. Cuando llegó a Filipos, no le recibió un hombre, sino una mujer, Lidia. Un demonio anunció la verdad y Pablo fue encarcelado. Por medio de un terremoto Pablo salió de la cárcel. Después, fue golpeado y luego anunció que él es un ciudadano romano.

La ciudad

Fue reconstruida por Octavio o Augusto César, identificado como “Señor y Salvador”. La entregó a sus soldados en recompensa por su lealtad en las batallas perdidas y ganadas.

 

La iglesia estaba compuesta casi totalmente por gentiles. Por ser una ciudad militar, no había suficientes judíos (13 jefes de familia) para formar una sinagoga. Aun así, al igual que en muchas otras iglesias fundadas por Pablo, los filipenses fueron atacados por judaizantes que trataron de destruir su mensaje y hacer que estos nuevos cristianos se hicieran judíos para alcanzar la salvación por medio de obediencia a la ley.

Las circunstancias de Pablo

Escribió la carta a los Filipenses desde la cárcel, aunque no se detalla en cuál. Bien puede ser la de Cesarea, alrededor del 57 d. C., o la de Roma, alrededor del 62 d. C.

 

Esta iglesia era una de las pocas que enviaban ofrendas a Pablo en sus viajes misioneros. Epafrodito llevó una a Pablo y en su regreso llevaba esta carta. El apóstol expresó su agradecimiento y describió sus circunstancias a sus amigos en Filipos.

 

El centro de pensamiento de Pablo en esta carta es el Señor Jesucristo. Jesús dio su vida para que pudiéramos tener perdón y como consecuencia, también vida. Esta manera de darse por completo y no reservarse nada para sí, es la forma suprema de ser siervo de Jesucristo. Pablo mismo está consciente de que debe seguir este modelo. También lo usa para enseñar a los cristianos de Filipos cómo vivir su fe en Cristo.

Bosquejo

  1.     Saludo: Pablo siervo de Cristo (1:1-2)
  2.     Oración: La causa de Cristo (1:3-11)
  3.     Circunstancias de Pablo: La vida por Cristo (1:12-26)
  4.     Exhortaciones: La actitud de Cristo (1:27-2:18)
  5.     Los compañeros de Pablo: Promotores de la causa de Cristo (2:19-30)
  6.     En contra de los perros: os que rechazan a Cristo (3:1-4:1)
  7.     Cómo conducir la vida cristiana: No pierdan el centro, Cristo (4:2-9)
  8.     Gratitud por la ofrenda: Apoya la obra de Cristo (4:10-20)
  9.     Bendición: La bendición para los santos de Cristo (4:21-23)

Comentario

Pablo, siervo de Cristo (1:1-2)

Inició la carta explicando que él y Timoteo son Siervos de Jesucristo. Saludó a los oficiales de la iglesia. Un obispo es sinónimo de pastor o anciano. Son tres palabras que describen el mismo oficio. Esto indica que Pablo aprueba a los oficiales de la iglesia y no ve la iglesia sólo como un conjunto de creyentes. Dio un saludo de gracia (de la cultura griega) y paz (de los judíos). Como Pablo es siervo de Jesucristo, el saludo viene del amo de sus siervos.

 

La causa de Cristo (1:3-11)

Pablo se gozaba con los filipenses y daba gracias por ellos por estar participando en la proclamación del evangelio. Se gozaba porque es consciente de que ellos eran obra de Dios, quien siempre lleva a cabo sus planes. Se gozaba porque ellos eran copartícipes en su misión e iban a producir fruto de justicia para la gloria de Dios. Veía que la causa de Cristo estaba avanzando con la participación de los filipenses. Tenía confianza en el futuro de la obra de Dios: “Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo”, (1:6).

 

La vida por Cristo (1:12-26)

Como son sus amigos, Pablo comparte su situación. Básicamente, decía en esta sección que las circunstancias de su vida no eran tan importantes como el avance del mensaje de Cristo, por lo que debían ocuparse de extender el evangelio aunque les costara la vida. Cristo es más importante que la vida misma: “Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia”, (1:21).

Hoy en día hay muchas cosas que compiten por el primer lugar en nuestras vidas: La escuela, el trabajo, la familia, el deporte, el nacionalismo, la economía, los amigos, inclusive la iglesia misma. Todos compiten por nuestra lealtad final.

 

La actitud de Cristo (1:27-2:18)

Pablo decía que si hemos recibido algún beneficio de la muerte de Jesús, estamos obligados a tener la misma actitud en la vida que Jesús tuvo (2:5), que no podemos hacer nada por egoísmo (2:3) porque ninguno es superior a otro y que Jesús lo demostró en la cruz.

 

Nuestra conducta es un reflejo de nuestros dioses. Si yo te pregunto cómo es tu dios, la respuesta la encontrarás en la manera en la que conduces tu vida. La doctrina y la conducta están estrechamente relacionadas. Si nuestro concepto de Jesús está equivocado, vamos a estar equivocados también en la práctica de nuestra fe. Buscamos por todos lados a justificar nuestras acciones.

 

Hay dos teorías de la obra de Jesús en la cruz. En una de ellas Cristo muere a nuestro favor y en la otra Él es nuestro sustituto que toma nuestro lugar. ¿Cómo son las diferencias en la aplicación de la frase: “La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús”?

 

La importancia de la doctrina. Filipenses 1:6-11 es uno de los grandes himnos acerca de Cristo en el Nuevo Testamento. Describe su plan de entregar su vida para nuestra salvación. Este himno es un quiasmo que sigue el patrón ab ba. Empieza en el cielo (a), la humillación (b) y de la humillación (b) a la exaltación (a).

 

Promotores de la causa de Cristo (2:19-30)

Pablo menciona a dos de sus compañeros como ejemplos de cómo vivir teniendo a Cristo en primer lugar: Timoteo y Epafrodito: “…pues todos los demás buscan sus propios intereses y no los de Jesucristo. Pero ustedes conocen bien la entereza del carácter de Timoteo, que ha servido conmigo en la obra del evangelio, como un hijo junto a su padre”, (2:21-22).

 

De Epafrodito escribe: “Recíbanlo en el Señor con toda alegría y honren a los que son como él, porque estuvo a punto de morir por la obra de Cristo, arriesgando la vida para suplir en servicio que ustedes no podían prestarme”, (2:29-30).

 

¡Cuidado de esos perros! Los que rechazan a Cristo (3:1-21)

Pablo está enojado con sus enemigos en esta sección: “¡Cuídense de esos perros!”, (3:2) y “muchos se comportan como enemigos de la cruz de Cristo”, (3:18). Pablo ve que está en juego la esencia del cristianismo mismo. Los “perros” tenían una doctrina diferente a la de Pablo. Ellos creían que la salvación dependía de su perfección, obediencia o cumplimiento de la ley como humanos. Veía que esta doctrina era una negación de la salvación por Jesús en la cruz.

 

¿Cuál es la diferencia entre el judaísmo y el cristianismo? Comprender la diferencia ayuda a aclarar la manera en que debemos vivir una vida cristiana. Pablo dijo que la respuesta la encontramos en que cuando era judío confiaba en su capacidad de obedecer y cumplir con las obligaciones religiosas, pero como cristiano no tiene confianza en sí mismo y se limita a confiar totalmente en Cristo. La pregunta es: ¿Cristo nos salva o nosotros lo tenemos que ayudar a salvarnos por medio de nuestra buena conducta? Pablo expresa la diferencia de esta manera: “No quiero mi propia justicia que procede de la ley, sino la que se obtiene mediante la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios, basado en la fe”, (3:9).

 

Una de las ideas está basada en lo que la persona puede hacer y promueve la motivación ya que está centrado en uno mismo. Sí se puede ser santo, alabar a Dios y hacer buenas obras. En la otra, el centro es Jesús y lo que él hizo en la cruz (ver 1ª Pedro 2:9).

 

Pablo llama a sus opositores “los perfectos” (3:15 NVI), es decir, “los orgullosos”. En otras versiones, la idea que expone es que si uno quiere ser maduro (NBLH) debe tener la forma de pensar de Pablo o de lo contrario será enemigo de la cruz (3:18). Estos enemigos de Pablo son los que “adoran al dios de sus propios deseos” y “se enorgullecen en lo terrenal”, (3:19 NVI).

 

Noten bien: La palabra fariseo, que no está traducida, significa “el separado”, “santo”. Ellos creían en una obediencia superior a los demás. Creían que ellos podrían alcanzar la salvación por la obediencia extrema. Aquí en Filipenses, Pablo estaba rechazando su vieja manera de vivir como fariseo de fariseos. Ellos buscaron hacerse merecedores de la aprobación y bendición de Dios a través del cumplimiento de la ley.

 

No se pierdan el centro: Cristo (4:2-9)

Había dos mujeres en Filipos, Evodia y Síntique, que estaban peleando en la iglesia. Pablo dijo que debían estar en paz y alegres por haber recibido el evangelio. Si tenemos paz con Dios, debe reflejarse en nuestras vidas. Esto provoca alegría en nosotros.

 

Es importante que nuestros pleitos no opaquen el evangelio. Lo más importante no son nuestras diferencias, sino el evangelio de Jesucristo. Debemos estar alegres por lo que hemos recibido de Cristo y no ser aguafiestas por nuestras circunstancias inmediatas.

 

Apoya la obra de Cristo: Gratitud por la ofrenda (4:10-20)

Pablo estaba muy contento por la ofrenda recibida de los filipenses quienes lo apoyaron en su trabajo misionero mientras otras iglesias no (ver 1ª y 2ª Corintios). Además, estaba satisfecho con lo que el Señor le había dado. Lo importante no es el nivel económico, sino el sustento provisto por el Señor. El versículo trece es muchas veces mal interpretado: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” quiere decir en este contexto que podía vivir en pobreza o en riqueza porque realmente su vida dependía de Cristo. No está declarando poder para hacer cualquier cosa.

 

La situación real de Pablo es muy precaria, ya que las otras iglesias no lo están apoyando en la misión de Cristo. Sólo los filipenses y los tesalonicenses le estaban enviando ofrendas en ese tiempo. A pesar de esto, Pablo no estaba buscando más ofrendas. Los consoló diciéndoles que iban a recibir de Dios lo que ellos necesitaban.

 

La bendición para los santos de Cristo (Filipenses 4:21-23)

 

Bibliografía:

Gordon Fee, “Philippians” en Gordon Fee y Douglas Stuart, Cómo leer la Biblia libro por libro, Mundo Hispano.

Guillermo Hendricksen, Filipenses, Subcomisión de Literatura Cristiana.

Howard Marshall, “Philippians” en Desmond Alexander, et.al. New Dictionary of Biblical Theology, IVP.

E. Vine, “fariseo”, en Diccionario expositivo, Caribe.

 

En proceso de Revisión

 


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